Durante una reunión con altos funcionarios, el presidente Vladímir Putin acusó al gobierno de Ucrania y a sus aliados occidentales de buscar una “derrota estratégica” de Rusia en el campo de batalla. Según el mandatario, ante las pérdidas y retrocesos en el frente, Kiev habría optado por cometer “actos terroristas” como sabotajes a ferrocarriles en Bryansk y Kursk, los cuales calificó como ataques directos contra civiles.
Putin también cuestionó la capacidad del gobierno ucraniano, al que llamó “corrupto y podrido”, y aseguró que las fuerzas armadas de ese país han sufrido grandes pérdidas en acciones “sin sentido”, como la fallida incursión en Kursk. Además, indicó que estos ataques coinciden con un aumento de drones ucranianos sobre territorio ruso y buscan frenar cualquier avance en el diálogo.
El presidente ruso afirmó que Ucrania pidió una tregua de hasta 60 días mientras ejecutaba operaciones que él considera terroristas. Por ello, negó la posibilidad de lograr acuerdos con un gobierno que —según dijo— no busca la paz. También criticó a Zelenski por llamar “idiotas” a sus negociadores, lo cual, sostuvo, demuestra una falta de seriedad en el proceso de paz.