El segundo día de operaciones del nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez estuvo marcado por el caos. Cientos de pasajeros quedaron varados por más de tres horas debido a retrasos y cancelaciones de vuelos, provocados por fallas en la distribución de combustible para las aeronaves. Aunque no se trata de un desabastecimiento, la empresa encargada de la entrega, Exolum Group, no estaría cumpliendo con la demanda operativa del nuevo terminal.
Voceros de Lima Airport Partners (LAP), junto a representantes de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), la Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional (AETAI) y la IATA, confirmaron que el problema se debe a la falta de pruebas integrales antes del inicio de operaciones. La situación ha generado una ola de quejas de pasajeros, como Kelly Velásquez, quien denunció haber estado más de dos horas esperando dentro de un avión sin recibir información clara sobre el retraso.
Ante la crisis, las autoridades sostuvieron una reunión de emergencia para buscar soluciones inmediatas. Mientras tanto, Indecopi exhortó a LAP y las entidades involucradas a subsanar de forma urgente las fallas detectadas, que no solo incluyen problemas con el combustible, sino también demoras excesivas en los controles de seguridad y procesos migratorios. La falta de previsión ha puesto en jaque la operatividad del renovado aeropuerto, que prometía mejorar la experiencia de viaje en el país.