Roman Starovoit, exministro de Transporte de Rusia, fue hallado muerto este lunes dentro de un vehículo, pocas horas después de que el presidente Vladimir Putin anunciara su destitución. El Comité de Investigación de Rusia informó que el cuerpo presentaba una herida de bala y que, hasta el momento, la principal hipótesis apunta al suicidio.
Ese mismo día, el portal oficial del Kremlin publicó el relevo de Starovoit, sin ofrecer mayores detalles sobre los motivos de su salida. El vocero Dmitry Peskov descartó que se tratara de una «falta de confianza», pero evitó profundizar en las causas. En su reemplazo fue designado de forma interina Andrey Nikitin. El fallecido funcionario había sido previamente gobernador de la región fronteriza de Kursk, y enfrentaba cuestionamientos por las fallas en la seguridad de esa zona.
La destitución de Starovoit coincidió con una grave crisis logística en el país. La Agencia Federal de Transporte Aéreo reportó más de 2.400 afectaciones en vuelos durante el fin de semana, incluyendo cancelaciones, desvíos y retrasos. Además, el Ministerio de Defensa ruso confirmó que, en ese mismo periodo, se interceptaron más de 400 ataques aéreos desde Ucrania. Aunque no se ha establecido una conexión directa entre estos hechos y la salida del ministro, el contexto ha encendido las alarmas en Moscú.