En la comunidad de Turpay, provincia de Grau, región Apurímac, una mujer de 78 años vivió uno de los episodios más violentos de su vida tras años de presuntos abusos sexuales. En junio pasado, la víctima fue agredida de forma tan salvaje que sufrió una grave lesión interna, lo que obligó a su traslado de emergencia al hospital Honorio Delgado Espinoza, en Arequipa.
Familiares de la víctima relataron que vive en constante miedo y con secuelas emocionales severas. “Ella se despierta gritando, no duerme”, contó un pariente, quien también aseguró que el presunto agresor huyó hacia Lima tras el ataque. Este testimonio refleja el profundo desamparo que enfrentan las personas en zonas rurales del país, donde muchas veces la justicia y la protección no llegan a tiempo.
Las autoridades han iniciado una investigación para esclarecer los hechos y dar con el paradero del sospechoso. Organizaciones de defensa de los derechos humanos advierten que casos como este ponen en evidencia la urgencia de reforzar la protección a víctimas vulnerables en áreas alejadas, así como la necesidad de un acceso más rápido a los servicios de justicia y salud.