Después de más de 18 meses desaparecida, Patricia Aguilar, una joven española de 19 años, fue hallada en un remoto paraje de la selva central peruana en condiciones alarmantes. La joven, desnutrida y con su bebé de dos meses en brazos, cuidaba además a cuatro niños, producto de otras mujeres involucradas en la misma secta liderada por Félix Steven Manrique, un falso “gurú” que se presentaba como un elegido divino con la misión de repoblar el mundo antes del apocalipsis.
Patricia, originaria de Elche, España, había conocido a Manrique en internet desde los 16 años y decidió viajar a Perú tras cumplir la mayoría de edad. Manipulada psicológicamente por Manrique, quien usaba técnicas de control mental y un canal de YouTube para atraer a jóvenes vulnerables, Patricia rompió todo vínculo con su familia para seguirlo. La muerte de un familiar cercano la dejó emocionalmente frágil, situación que el líder explotó para ganarse su confianza y someterla a su doctrina apocalíptica.
La búsqueda de Patricia movilizó a su familia y a las autoridades peruanas, con apoyo de colectas populares y viajes de su padre a Perú. Finalmente, la policía capturó a Manrique en una comunidad rural de San Martín de Pangoa, donde además de detenerlo, lograron rescatar a Patricia y a otras mujeres en condiciones de aislamiento y abandono. Trasladada a Lima, Patricia recibe atención médica y psicológica, mientras se investiga el alcance de la secta y posibles víctimas menores de edad.