El gobierno de Donald Trump decidió poner fin al Estatus de Protección Temporal (TPS) para miles de inmigrantes provenientes de Nicaragua y Honduras. Esta medida, anunciada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), pone en riesgo la permanencia legal de quienes encontraron refugio en Estados Unidos tras enfrentar desastres naturales o conflictos en sus países.
De acuerdo con un informe publicado por CNN basado en documentos oficiales, la medida afectará directamente a 72.000 hondureños y 4.000 nicaragüenses. Con el cese del TPS, estas personas perderán la protección que les permitía evitar la deportación y residir de forma legal en territorio estadounidense.
El impacto será significativo, ya que muchos de los beneficiarios del TPS han vivido en Estados Unidos durante años, formando familias y contribuyendo a la economía local. Ahora, sin esa protección, deberán abandonar el país y enfrentar la incertidumbre de regresar a regiones aún golpeadas por la pobreza, la violencia o la falta de infraestructura.